lunes, 26 de octubre de 2009

Bienvenidos al Club de la comedia


El Nou Camp se vistió de gala para asistir a una nueva edición del club de la Comedia. El equipo de Pep Guardiola ofreció un monólogo sin paliativos: fresco, dinámico, con fuerza... vamos de esos que enganchan al público. Claro que el ser humano es cruel. Muchas veces nos reímos del mal ajeno, de las desgracias del que tenemos al lado. Y si no, ¿por qué los videos de caídas y golpes son los que más gracia nos hacen? Bien pues ayer, el real Zaragoza parecía este tontico al que le pasan todas las cosas que nos hacen gracia... pero una detrás de otra. Y claro, las risas desde Barcelona todavía se escuchan y, lo que es peor, son contagiosas.


Ayer Marcelino se empeñó en hacer su monólogo. Fue irónico, pero no tuvo gracia. No tuvo ni pizca de gracia. Es más, aumentó, todavía más, el ridículo de un equipo que ni se asomó al túnel de vestuarios del Nou Camp. Alguno, del Barça claro, dirá: ¡Qué majo este Marcelino! ¡Qué bien se toma las derrotas, por dolorosas que sean! Mira que decir que el entrenador les dice a sus jugadores que le regalen el balón al rival. Jajajajaja. Pues anda que eso de que volverá como ha venido, andando. Jajajajaja si es que como diría uno que sí que ha pasado por el club de la comedia, pero el de verdad, Paco León, el Luisma en Aída: Es que me troncho y me mondo. Jajajaja. Pues nada, Marce: Caminante, no hay camino, se hace camino al andar…


Ironías aparte, porque todos sabemos ser irónicos, creo que lo de ayer tiene que suponer un punto de inflexión. A partir de esta derrota, el Real Zaragoza tiene que decidir hacia dónde quiere apuntar: hacia la zona tranquila o hacia la zona de descenso. Apenas llevamos una quinta parte del campeonato y me parece muy fuerte hablar ya de finales en La Romareda pero yo, que soy un amante de las estadísticas, miro la clasificación y ceo lo que ha hecho el equipo lejos de casa y me hecho a temblar. Vale que hemos ido al Pizjuán, al Calderón y al Nou Camp, pero es que la siguiente salida es a Mestalla. Y si no cambia mucho la situación volveremos de vacío… o con otro saco. Sólo empatamos en El Molinón… ¡como el Real Madrid!


Espero que Marcelino no sea tan irónico con sus jugadores y les diga las cosas que tiene que decirle para que se pongan las pilas. Que la derrota, como tal, es lo de menos. Lo que importa son las formas de perder y la imagen que da el equipo, las sensaciones que deja. Y las de ayer son para echarse a temblar.

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