Año nuevo… ¿la misma historia?

Visto desde ese punto de vista no estaría mal. El año no termina bien, pero si la temporada se arregla con un puñado de fichajes… no estaría nada mal. Lo que pasa es que no siempre se repite la misma historia. Y al final, tanto va el cántaro a la fuente que termina rompiéndose. De momento a Agapito le salió bien la primera vez. A ver si en la segunda repite.

Un año más el déficit goleador se ha convertido en el principal problema de un equipo abocado al descenso si no se recupera el gol. El banquillo no daba más de sí y el relevo era inminente. Debía haberlo habido en julio, pero nadie quiso venir. Al menos nadie aceptó las condiciones que imponía Agapito.

Con Aguirre en el banco la imagen del equipo apenas ha cambiado. Empata fuera de casa y pierde en La Romareda. Vale que con el mexicano nos han visitado Villarreal y Real Madrid. Pero lo importante es que el juego del equipo tampoco ha sido especialmente llamativo. Aguirre no ha podido alinear a su equipo de gala. Unas veces por sanciones y otras por lesiones, el mexicano ha tenido que mirar al banquillo para completar un once que no ofrece garantías, pero que lo da todo en el campo. Lástima que los rivales no entiendan que eso merece una recompensa… para los zaragocistas.

Termina un año… y la nota para el Real Zaragoza es insuficiente. La historia, la memoria, la afición… se merecen algo más que sufrir jornada tras jornada para salvar la categoría en el último momento.